Una franquicia en el área de la salud, específicamente en odontología, funciona como cualquier otro modelo de negocio en este segmento. De esta forma, el franquiciado adquiere el derecho de uso de la marca, pero debe seguir las reglas establecidas por el franquiciador.
El lugar donde se abrirá la clínica será decidido por el titular de los derechos de marca, debiendo la unidad franquiciada seguir estrictamente las normas establecidas por el franquiciante en cuanto a: servicio, trámites ofrecidos, decoración de la clínica, gestión, compra de materiales, etc. .
Cabe señalar que el franquiciado no es libre de ofrecer otros trámites que no le ofrece el franquiciador, ya que, como ya hemos dicho, ha adquirido un modelo de negocio listo para usar y sólo debe seguirlo.
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