El dentista es un especialista en salud bucal de formación. Y el profesional sale de la universidad preparado para trabajar en este ámbito y no en la gestión empresarial. Pero a la hora de abrir una oficina se requiere dominio y conocimiento de aspectos de gestión. Esto termina comprometiendo la actividad en odontología, pues, además de la atención al paciente, es necesario preocuparse por cuestiones administrativas. Pero debes saber que este es un problema que no afecta a nadie que opte por una franquicia de clínica dental. El franquiciado recibe no solo una marca lista para usar con presencia en el mercado, sino también apoyo en varias áreas, incluida la gestión y la administración.
Sabemos que una clínica dental requiere mucho más que una especialización dental. Estos incluyen el control de gastos relacionados con el funcionamiento de la clínica, la gestión de recursos humanos, el pago de facturas e impuestos, entre otros. ¿Y por qué molestarse en lidiar con todos los requisitos administrativos? Al responder a estas tareas, el odontólogo termina comprometiendo sus objetivos de resultados, pues su verdadera ocupación, que son los pacientes, se ve dividida con la preocupación volcada a las cuestiones administrativas.
La franquicia de clínicas dentales, por su parte, invierte en sus franquiciados, ofreciendo siempre innovaciones, formación y apoyo especializado para que puedan gestionar el negocio de forma profesional. También se incluyen campañas de marketing, actualizaciones constantes a través de cursos y nuevas tecnologías. Estas son las cosas que marcan la diferencia en esta área tan concurrida del profesional de la odontología, pero son fáciles de lograr con la franquicia Ortoplan, que ofrece todas las herramientas para que el odontólogo alcance su mayor nivel de éxito.
Como franquiciado, el profesional tiene la oportunidad de trabajar con tranquilidad en las competencias propias de su especialidad, tan imprescindibles para atraer y fidelizar a los pacientes. Después de todo, tener una operación estandarizada en este mercado, como: ubicación de la clínica, estructuración de toda la operación operativa, creación de una cartera de clientes, que son los que ofrece la franquicia, es fundamental para el odontólogo emprendedor y para el crecimiento del negocio.
Incluso los profesionales que tienen una clínica pueden convertirse en franquicia, de forma sencilla y rápida. Ortoplan cuenta con casos de éxito de odontólogos que realizaron la conversión y aumentaron los ingresos desde el inicio de sus actividades como franquiciado. Esto sin tener que preocuparse por la administración y gestión empresarial. Después de todo, el propósito de la franquicia es ayudar al franquiciado en todas las situaciones para que el crecimiento del negocio sea sostenible y planificado.